
Artículo – Cómo escribir fantasía
Conocer el género en el que se va a enmarcar nuestra historia es un paso fundamental para cualquier escritore. No solo nos ayudará a crear una trama atractiva y coherente, sino que también nos será esencial para llegar a nuestro público objetivo. Con este artículo planeo comenzar una serie en la que intentaré explorar los principales géneros de ficción y, como no podía ser de otra manera, empezaré por el que se me da mejor, o eso creo: la Fantasía.
Como muches sabéis, no soy un autor publicado (aún, cof, cof…), pero si de algo tengo bagaje es de empaparme de manuales y artículos para mejorar mi escritura. Uno de los temas que más he leído es el de los consejos sobre géneros literarios. Aunque no soy un experto en la materia, y hay algunos géneros que apenas he leído (como la romántica), he decidido embarcarme en esta aventura, ya que considero muy importante tener claro desde un principio en qué género enmarcar nuestra historia antes de empezar a escribirla.
Mi idea es crear una serie de artículos, donde intentaré explicar los conceptos más importantes a la hora de escribir fantasía para hacer ese mundo imaginado lo más creíble posible y, sobre todo, fantástico. Analizaré los puntos necesarios para reforzar los tres pilares fundamentales de toda historia (trama, personaje y tema), así como cualquier otra truco que haya obtenido a lo largo de mis años como escritor. Espero que esta serie sea de ayuda para aquellos que buscáis consejos específicos sobre la literatura de género.

Cinco consejos para escribir fantasía.
No se puede negar que este es un género que adoro. De hecho, todas mis novelas incluyen elementos fantásticos o son de fantasía pura. Es un género amplio que cuenta con una gran cantidad de subgéneros, pero siempre incluye algún elemento mágico o extraño que no encontramos en el mundo real. Algunas veces este elemento fantástico se puede añadir al mundo que conocemos, como en los subgéneros de Fantasía urbana o Realismo mágico que he explorado personalmente. (Ejemplos de este tipo de fantasía pueden ser historias tan conocidas como Harry Potter o La canción secreta del mundo). Otras veces, el universo completo está basado en un mundo de fantasía, como en The Witcher o El señor de los Anillos. Lo más habitual es que este mundo de fantasía suela ser de naturaleza medieval, pero en los últimos años ha comenzado a crecer la diversidad en cuanto a escenarios.
La fantasía es un género ambiental, lo que significa que puede servir de telón de fondo para muchos tipos de historias. Amor, terror, misterio… todo tiene cabida en un universo de fantasía. Pero, habitualmente, la fantasía se conoce por sus épicas historias de búsqueda y conquista, siguiendo los mitos y las leyendas o los viajes arquetípicos (como El viaje del héroe). En esta publicación, intentaré centrarme en este tipo más tradicional de fantasía épica. Aunque otros subgéneros de fantasía se basan en los tropos clásicos, estos suelen combinarse para dar lugar a historias diferentes e interesantes.
El prólogo en la fantasía, ¿necesario?
Comenzar una novela de fantasía con un prólogo solía ser algo casi obligatorio en el pasado. En su mayoría, se utilizaban para explicar la tradición del mundo o algún trasfondo histórico, para que los lectores se familiarizaran con el universo antes de entrar de lleno en él. Sin embargo, en la actualidad, cada vez son menos frecuentes y eso es algo positivo, ya que demuestra que las historias han evolucionado y su forma de contarlas también.
El mayor problema que puede tener un prólogo es que puede ser un simple montón de infodumping que, realmente, no aporta nada a la trama de la historia. Por suerte, existen formas más ingeniosas de compartir información en cualquier historia de fantasía. Los lectores actuales han evolucionado y comprenden los tropos y escenarios típicos del género. Por lo tanto, no necesitan que se les explique todo desde el principio, ya que están familiarizados con este tipo de universos.
No obstante, aún existen prólogos exitosos que enganchan a los lectores en la historia. Es importante recordar que cada vez que se incluye un prólogo, estamos pidiendo a los lectores que comiencen dos historias: la del prólogo y la del primer capítulo. Aunque luego esas historias se enlacen (por favor, no escribáis prólogos que no aporten nada a la historia de la novela o relato), es esencial engancharlos tanto en el prólogo como en el primer capítulo.
Un ejemplo de prólogo exitoso es el de las Crónicas del Asesino de Reyes de Patrick Rothfuss. Este funciona únicamente como un gancho para mostrar a los lectores el contraste entre el protagonista adolescente y la leyenda en la que se convierte.
Conoce la historia de tu mundo y su sistema de magia
Como género ambiental, la fantasía se centra en la creación del mundo. Al leer nuestras historias, los lectores disfrutan explorando un universo nuevo (o, al menos, elementos familiares reorganizados de formas inesperadas). Esto es también lo que atrae a muchos escritores al género: la libertad de crear sin restricciones ni sentirse atados a lo «conocido».
Sin embargo, tener infinitas posibilidades en nuestro mundo de fantasía no significa que podamos hacer cualquier cosa. Es posible que no estemos limitados, pero nuestra historia sí debería estarlo. La geografía, la cultura y el sistema mágico de nuestra fantasía (en caso de tenerla) son aspectos que tenemos que cuidar. Han de estar tan bien detallados para los lectores como si se tratase de una historia real basada en, por ejemplo, Madrid o Nueva York. No nos engañemos: la investigación para una historia de fantasía puede ser tan extensa como para una novela histórica.

En caso de tener un sistema mágico, debemos planificarlo cuidadosamente para crear un estilo perfecto. Los sistemas mágicos, a menudo, crean simbolismo, ya sea intencional o no, así que considera lo que el uso de la magia supone para tus personajes y para el clímax de tu historia. No te permitas caer en el tópico de solucionarlo todo con magia, sin consecuencias. Eso dirá mucho de ti como escritore, y no serían cosas buenas.
Un ejemplo de sistemas mágicos bien construidos lo podemos encontrar en las novelas de Brandon Sanderson. Se trata de uno de los escritores modernos más conocidos por su increíble creación de mundos en el género de fantasía. El clímax de su serie Nacidos de la bruma no podría haber ocurrido sin la existencia de un tipo particular de magia basada en los metales del mundo, lo que hace que el efecto general se sienta perfecto e integrado en la historia.
La estructura de la historia en el género fantástico.
Una pregunta que me hice yo al empezar a escribir fantasía fue: ¿cómo afecta el género a la estructura de la historia? La respuesta corta es que no lo hace. La estructura clásica de la historia (Introducción, nudo, desenlace) es aplicable a cualquier género, pero cada género tiene ritmos específicos que lo refuerzan aún más.
En la fantasía, estos ritmos están más alineados con el viaje del héroe clásico y otros arquetipos, como la doncella, el rey, la anciana y el mago. Estos ritmos no son exclusivos de la fantasía, pero son más habituales de encontrar en este género.
Otro concepto importante en la estructura de la historia de fantasía es la sincronización. Ya que las historias de fantasía tienen por costumbre ser largas, la sincronización de los principales puntos de inflexión estructurales no necesita ser tan precisa como en las historias más cortas. Sin embargo, si hay demasiada longitud entre estos puntos, la historia puede volverse pesada o aburrida para nuestros lectores.
La regla es simple: tenemos que asegurarnos que la trama avanza en cada escena y capítulo, ya sea la principal o alguna de las secundarias. Muchas historias de fantasía tienen personajes en movimiento o peleando, pero la historia no avanza porque nada en la trama cambia. Para reducir la cantidad de palabras o ajustar la estructura, debemos examinar cada escena para ver si esta hace avanzar la trama o hace avanzar el arco del personaje de manera significativa.
Elige cuidadosamente a tus personajes principales, secundarios y antagonistas.
Los personajes principales en la fantasía suelen ser héroes o heroínas, pero pueden variar como en cualquier género. En estas historias, por costumbre, el antagonista suele ser un gran malvado que ejerce una cantidad tremenda de poder tiránico o incluso apocalíptico. Los personajes a menudo son arquetípicos a propósito, pero nunca se debe dar por sentado su humanidad.

Ya que la fantasía es un género que se enfoca en el mundo ficticio, algunos escritores se concentran tanto en el escenario que descuidan a los personajes. Gran error. Necesitamos ver personajes con una humanidad profunda y rica, con trasfondo, con sentimientos, moviéndose a través de este emocionante nuevo mundo. Un método que utilizo yo para crear personajes es el de El Eneagrama, pero existen muchos otros sistemas para darles profundidad, como el horóscopo, o incluso las cartas del Tarot.
Menos obvio, pero igual de importante, es el antagonista (que no villano, ya que son cosas distintas que explicaré en otro artículo). Este puede potenciar o destruir la trama de nuestra historia. Si el motivo del antagonista no tiene sentido o no respalda el alcance de lo que está en juego, la historia puede perder fuerza e incluso fracasar. Es importante elegir cuidadosamente al antagonista, comenzando por examinar como encaja con el arco de nuestro prota. Luego, hemos de asegurarnos de que su motivación tenga sentido en cada paso de la trama para que el conflicto sea coherente.
Para comprender bien todos estos «palabros» os recomiendo pasaros por mi artículo «Como crear la ficha de personaje» donde explico detalladamente cada punto a tener en cuenta al crear a nuestros personajes.
Creo que, por el momento, no me dejo nada esencial por decir, o sea, por escribir. De todos modos, sabéis que tenéis los comentarios abiertos a cualquier apunte, pregunta o crítica (siempre que sea constructiva) que queráis aportar. Espero leeros por ahí.
¡Y permaneced alerta porque en la próxima entrega hablaremos sobre Worldbuilding!